Existe una amplia variedad de productos que son sensibles a los cambios de temperatura. Para protegerlos se sugiere conservarlos usando almacenamiento en frío.
Cuando resguardas esta mercancía en estas condiciones logras proteger completamente del deterioro. El problema está en que, en muchas ocasiones, existen fallas en la estructura que complican conservar la temperatura correcta.
Para evitar estos problemas, el diseño y los materiales del almacén deben cumplir los requisitos de construcción que te enseñamos a continuación. Saltarse alguno hará que aparezcan fallas que pueden ser costosas de corregir.
Cuando hablamos de almacenamiento en frío nos referimos a la conservación de productos a bajas temperaturas (generalmente inferiores a 4ºC). Esta refrigeración permite aislarlos del calor.
Se usa en productos que a temperaturas cálidas se descomponen o pierden sus características; por ejemplo, algunos alimentos como lácteos, carnes y verduras o también los productos farmacéuticos como vacunas, algunos cosméticos, etc.
Para lograr el almacenamiento en frío se requiere de equipos e instalaciones especiales. Algunos ejemplos de las estructuras normalmente usadas son los cuartos fríos o bodegas de almacenamiento refrigeradas.
Para que el almacenamiento en frío funcione, es necesario que cumplan con una serie de requerimientos. Estos garantizarán que el almacén se mantenga en la temperatura adecuada para que no se afecte la integridad de los productos.
El primero y más importante es una estructura que resguarde al almacén del calor del exterior y conserve el frío interior; para ello, el cuarto debe ser construido con materiales especiales.
Normalmente se usa el Poliestireno Expandido (EPS) porque es un material que garantiza aislamiento y hermeticidad. Este se coloca en techos, pisos y paredes con el propósito de aislar completamente del exterior el almacén.
Junto a la estructura, deben existir equipos de refrigeración como compresores, condensadores, válvulas de expansión, etc. Además las estanterías deben ser fabricadas en materiales capaces de soportar el frío, como el acero inoxidable.
Otro elemento indispensable para la verificación del funcionamiento óptimo del almacenamiento frío son los sensores; dispositivos que captan las variaciones de temperatura del ambiente y alertan en caso de cambios no deseados.
Es normal que también se instalen deshumidificadores que reduzcan significativamente la formación de hielo y puertas con el sistema SAS o Security Airlock System.
El sistema SAS se basa en dos puertas rápidas, una da al almacén y otra al exterior. Nunca están abiertas a la vez por lo que se evitan las pérdidas de calor, cambios bruscos de temperatura y condensaciones.
Los dos últimos requerimientos tienen que ver con la limpieza y la indumentaria del personal. La limpieza debe garantizar la eliminación de la suciedad visible y la sanitización o eliminación de microorganismos dañinos con productos químicos.
Ahora, respecto al personal, ellos deben siempre llevar ropa de trabajo para la protección contra el frío, por ejemplo: abrigos, pantalones térmicos y guantes.
Como mencionamos, el material normalmente usado para los depósitos o almacenes frío son los de EPS; porque minimizan la transmisión de energía calórica entre el exterior y el interior.
Además el EPS es un material muy versátil con características que lo hace ideal para este tipo de trabajo. Las que más destacan son:
Facilidad de transporte y manipulación a la hora de montar.
Suele encontrarse en el mercado una amplia gama de espesores en su núcleo. Además, sus caras están recubiertas con chapas metálicas de revestimiento.
Poseen excelentes propiedades mecánicas.
Son una excelente barrera de vapor.
Tienen una elevada resistencia al paso del calor.
Poseen acabados higiénicos y sanitarios.
Son de fácil limpieza y estable frente al ataque de microorganismos.
Para la construcción de estructuras de almacenamiento en frío, en FANOSA® recomendamos el Insulpanel®; un panel que posee núcleo de Poliestireno Expandido autoextinguible, recubierto en ambas caras por una lámina de acero galvanizado.
Es perfecto para la construcción de cuartos fríos porque sirve para techos, muros exteriores e interiores y suelo. Al colocarse, garantizan la hermeticidad total del cuarto, por lo que no habrá problemas de humedad, condensaciones o pérdidas de calor.
Además es impermeable y resistente, haciendo de él uno de los mejores materiales para este trabajo.
Si deseas usarlo en tus cuartos fríos, conocer más sobre él y sus aplicaciones en construcción, contáctanos, nuestros expertos están listos para darte la mejor atención y asesoría.
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