Las fugas térmicas y los puentes térmicos son los principales inconvenientes relacionados con el aislamiento de una edificación, y pueden afectar la calidad de la misma.
Estos problemas generalmente traen como resultado un aumento en el consumo energético de las edificaciones, relacionado al uso de sistemas climatizadores para lograr un confort térmico en su interior. Por ello, hay que prestar atención a algunos aspectos antes y durante la ejecución de una obra.
Éstos son el tipo, la calidad y el proceso de aplicación de los sistemas aislantes, además de la capacidad de localizar este tipo de problemas en una edificación.
Es por ello que en este artículo trataremos los aspectos importantes que te permitirán detectar y calcular los puentes térmicos y fugas térmicas.
Si bien los puentes térmicos y las fugas térmicas parecieran ser términos semejantes, los mismos guardan ciertas diferencias.
Resulta importante entender primero de qué va cada uno de estos inconvenientes que afectan la hermeticidad, y así poder saber cómo detectarlas en cada caso.
Cuando hablamos de puentes térmicos nos referimos a una zona de la envolvente de una edificación con menor resistencia térmica que el resto de los materiales, permitiendo transmitir con mayor facilidad el calor.
Esto provoca un flujo de energía calorífica, así como variaciones de temperatura tanto en la superficie como en el interior de la construcción.
Las razones pueden ser la diferencia de conductividad entre los materiales, el espesor de los mismos, o la configuración geométrica de la obra.
Este flujo de energía ocurre principalmente a través de elementos estructurales como las vigas, pilares o muros.
En el caso de las fugas térmicas, nos referimos a la pérdida de calor a través de la envolvente de la edificación. Esto ocurre principalmente en las áreas de la construcción donde se interrumpe la barrera térmica, tal es el caso de las ventanas, puertas o uniones entre techos y paredes.
Ambos problemas son importantes de detectar para lograr corregirlos, mejorando sustancialmente las condiciones internas y el consumo de energía de la edificación.
Para poder solventar las fugas térmicas es necesario saber cómo detectarlas. Para ello, existen algunas formas que van desde la observación hasta los cálculos de transmitancia térmica.
Una de las principales formas de reconocer una fuga térmica, es realizar una inspección visual, donde se puedan encontrar zonas de condensación o moho. Estos son dos indicativos donde posiblemente se esté presentando una fuga o puente térmico que esté afectando la construcción.
Otro método que se puede emplear es la termografía, aquí se emplea una cámara que muestra imágenes de la temperatura del edificio. Con este método, es posible determinar las variaciones de temperatura en la superficie, lo que indica que es allí donde se está presentando la fuga.
Por último, también se pueden utilizar los cálculos numéricos, donde a través de fórmulas matemáticas se estima la transmitancia térmica. Este tipo de cálculo se realiza principalmente durante el proceso de diseño técnico de la obra. Para realizarlo, se requiere conocer la conductividad térmica de los elementos constructivos.
Para conocer o estimar los efectos que puede tener un mal aislamiento térmico, se deben realizar mediciones de conductividad térmica de los materiales.
De esta manera se conoce la cantidad de calor que puede fluir por 1m2 de superficie del material, cuando la temperatura varía entre las dos caras.
Luego con este dato podemos determinar la resistencia térmica (R). En el caso de materiales homogéneos, se realiza a través de la división del espesor del material (e) entre la conductividad térmica (λ).
A partir de este dato, se podrá entonces valorar los efectos negativos de un mal aislamiento, como el alto requerimiento energético para climatizar la construcción.
De la misma manera, podremos evaluar las probabilidades de desarrollo de microorganismos como los mohos o la presencia de futuras filtraciones.
Para evitar la probabilidad de que aparezcan puentes o fugas térmicas es necesario llevar a cabo un proceso constructivo eficiente y el empleo de materiales de calidad.
También es posible emplear sistemas de aislamiento térmico que contribuyan a mejorar las condiciones interiores y energéticas de la construcción.
En este sentido, en FANOSA® contamos con Aislaterm®, un sistema de aislamiento térmico fabricado en EPS de bajo peso y con acabado arquitectónico. Este sistema emplea placas de diversas densidades, según los requerimientos de la obra, que son reforzadas con una malla de fibra de vidrio.
Además, cuenta con un producto de recubrimiento y fijación de alta tecnología: nuestro Basecoat®, que contribuye a incrementar el aislamiento térmico.
El sistema Aislaterm® logra evitar los puentes y las fugas térmicas al disminuir la transferencia de calor por la envolvente del edificio. Así mismo, es una solución impermeable, duradera y de fácil mantenimiento adaptable a cualquier estilo y acabado arquitectónico.
Si quieres lograr un excelente aislamiento térmico para tu proyecto constructivo, te invitamos a contactarnos, para que uno de nuestros asesores especialista te ayude a elegir la mejor solución.
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