La cadena de frío es clave en la seguridad alimentaria, farmacéutica y química, pero también para la de otras industrias. Su propósito es controlar y mantener la temperatura adecuada para conservar en buen estado los productos. Es por eso que a lo largo de las distintas etapas de la cadena se requiere de la mejor calidad en material aislante.

¿Qué ocurre cuando no hay aislamiento térmico?

Durante la cadena de frío hay momentos críticos para la vida útil y calidad de los productos como las operaciones de recepción, descargue, almacenamiento y salida.

Todos ellas tienen en común la necesidad de llevar a cabo mediciones constantes de temperatura y el uso de materiales aislantes de calor para evitar variaciones bruscas en la primera.

Por ejemplo, cuando se descongela un alimento que ha permanecido a  -18 °C, incluso si este volviera a su temperatura inicial, el cambio abrupto habría ocasionado un aumento en la proliferación de microorganismos, y con ello, una merma en la calidad.

Al no controlar la aislación térmica adecuada, no solo se producen pérdidas económicas para la empresa, sino que también efectos peligrosos para la salud del consumidor, tales como:

  • Riesgo de intoxicaciones.
  • Reducción del tiempo de conservación del producto.
  • Pérdida nutricional y de calidad
  • Aparición de bacterias
  • Malos olores.

Principales soluciones de aislación térmica

Existen dos métodos para la conservación en frío; uno es la refrigeración, que permite mantener en resguardo los productos por días o semanas y el otro es la congelación, que dependiendo de la industria puede mantener la mercancía en óptimas condiciones por años.

Dependiendo de la necesidad y del material aislante que se quiera utilizar, las empresas podrán optar por una o más de las siguientes soluciones:

Cuartos fríos

Son el lugar para la manipulación de productos frescos y no elaborados. Además de conservar, permiten alargar su periodo de maduración. Los hay para carnes, pescados, verduras, pastelería y actividades de producción o emplatado, y de acuerdo con la norma mexicana, su temperatura estándar no debe sobrepasar los 16º C.

Para asegurar la eficacia de los materiales aislantes, lo ideal es que los cuartos fríos se construyan dentro de las instalaciones de una nave industrial u otros espacios cerrados.

Esto se debe a que al instalarse en un exterior, el cuarto pierde hermeticidad, lo que conllevará un menor o mayor riesgo, dependiendo de los productos o materiales que se almacenen.

Para evitar este efecto, se puede utilizar un ático entre la cubierta y el plafón de colganteo a fin de generar un espacio con aire que funcionará como aislante térmico natural. 

De esta manera se consigue ahorrar en materiales aislantes de calor y colocar instalaciones especiales como tuberías de refrigeración, conducciones sanitarias y eléctricas.

Bodegas de almacenamiento 

Son espacios destinados al almacenamiento de productos y al igual que los cuartos fríos, deben cumplir con una serie de requisitos para garantizar un aislamiento térmico acorde con las características del producto.

De cuidar estos aspectos en la red de frío dependerá que los productos alimentarios conserven sus nutrientes, consistencia y sabor, así como el que los químicos y farmacéuticos mantengan sus propiedades.

Cuartos limpios

Son habitaciones que se utilizan prácticamente en todas las industrias donde se prevé que las partículas puedan afectar el proceso de fabricación. Su objetivo es eliminar todo tipo de gérmenes y residuos químicos nocivos, aunque su tecnología de construcción también permite controlar condiciones como la humedad, temperatura y presión, según se requiera.

Un cuarto limpio debe contar con ciertos requerimientos, como los que establecen la Norma ISO 146444-1 y la CCQI (Cold Chain Quality Indicators) para las compañías que manejan perecederos.

Naves industriales

Son espacios o construcciones que tienen como objetivo almacenar bienes industriales, que pueden ser máquinas o mercancías de entrada y de salida.

En la última etapa de construcción de estos espacios, por lo general se utiliza solamente lámina que no logran aislar el interior de la bodega del calor, pero ahora, gracias al sistema de construcción con paneles tipo sandwich, se pede construir con dos láminas con núcleo de poliestireno que tiene gran resistencia térmica. De esta manera se protegerá el interior para mantener de mejor manera la temperatura y reducir el gasto de energía.

Insulpanel: una garantía para la red de frío

Cada una de las soluciones descritas tiene una función específica en el proceso. Sin embargo, quizá exista la duda de cómo lograr la conservación de temperatura en cada uno de estos tipos de aislante sin incurrir en altos costos de energía.

La respuesta es Insulpanel FANOSA, un sistema de vanguardia para la construcción de obras compuesto por un núcleo de Poliestireno Expandido auto extinguible, recubierto por ambas caras con lámina de acero galvanizada y prepintada. Este diseño hace posible su instalación como techo, muro exterior, interior, plafón y su aplicación en fachadas.

Debido a su funcionalidad como aislante térmico resulta ideal para la conservación de las cadenas de frío, además de ser un material impermeable y resistente, lo que lo vuelve una opción muy adecuada para diversas aplicaciones, bien sea colocándolo en forma vertical u horizontal.

Proceso de instalación

  1. Instalación de muros.
  2. Instalación de techo.
  3. Aberturas de puertas y ventanas.
  4. Accesorios.

Gracias a estas características, Insulpanel FANOSA puede ser utilizado en gran cantidad de obras como naves industriales, cuartos fríos, comercios, campamentos mineros y agrícolas, entre otras. 

Este sistema es adaptable a las necesidades de cada proyecto en cuanto a longitud, acabado y color de lámina. Por otro lado, ofrece la posibilidad de combinarse con otros sistemas constructivos FANOSA con la finalidad de reducir los tiempos y costos de obra.

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