La huella del carbono es un indicador medioambiental que se calcula usando la metodología del Análisis del Ciclo de Vida y sirve para determinar la cantidad de CO2 emitida por la fabricación de productos o realización de actividades humanas. 

De acuerdo al “Informe del estatus mundial de edificios y construcción” de 2020 elaborado por GlobalABC y auspiciado por PNUMA, la huella de carbono del sector construcción corresponde a 38% del total de emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía.

Lo importante es que estos datos motivaron al sector de construcción para modernizar sus procesos, aplicar nuevos materiales y reducir su huella, pues actualmente se destaca la necesidad de reducir el CO2 para mitigar el cambio climático.  

Cálculo de la emisión de CO2 en la construcción

Uno de los principales indicadores de impacto ambiental es el cálculo de emisión de CO2. Este refleja la emisión de gases de invernadero de las actividades humanas expresada en unidades de carbono equivalente (CO2eq) y es calculado, como ya mencionamos a través del Análisis del Ciclo de Vida (ACV).

El ACV considera en sus cálculos el CO2 producido desde la extracción de materias primas hasta la desincorporación del producto, incluyendo aspectos como la fabricación, transporte y mano de obra.

Específicamente en construcción, el ACV sirve para distintos fines. Se puede utilizar para calcular la cantidad de CO2 de la vida útil de los edificios construidos, así como también para estimar lo generado por cada material y proceso utilizado durante la construcción.

De igual forma, puede utilizarse para comparar entre materiales de construcción sus rendimientos o beneficios. Por ejemplo, comparar la huella de carbono entre materiales tradicionales de construcción y el Poliestireno Expandido (EPS). 

El aporte del EPS en la reducción de la huella de carbono

Los Análisis del Ciclo de Vida se aplicaron en numerosas oportunidades para sustentar los beneficios medioambientales de la construcción con EPS, dando como resultado la existencia de numerosos estudios que reflejan las reducciones de CO2 en las diferentes etapas de la construcción y de la vida útil de los edificios que se realizaban con este material. 

Algunos de sus aportes son los que señalamos a continuación:

  • Aislamiento térmico:

    Los datos sobre el consumo eléctrico doméstico tomados en México entre los años  2009 y 2011 demostraron que el 23% del total correspondía a equipos usados para mantener una temperatura agradable al interior del hogar. 

    Dicha información llevó a la conclusión que de no reducirse el consumo entre 2011 y 2020 se generarían unas 33 millones de toneladas de CO2, lo que sirvió de base para desarrollar programas gubernamentales que buscarán alternativas para reducir el consumo por este motivo. 

    Así fue como se planteó el uso de EPS como aislantes para mejorar la climatización al interior de las casas. A través del ACV del EPS se determinó que la huella del carbono por consumo eléctrico de la vivienda se reduce un 75% al usar EPS en la construcción. 

  • Optimización de recursos: 

    La estructura del Poliestireno Expandido corresponde a 98% aire y 2% de material. Esta característica hace que la materia prima utilizada para su fabricación sea sumamente pequeña. 

    Específicamente en la producción de EPS se utiliza un 0.1% de material derivado del petróleo de toda la producción del planeta. Lo que significa un máximo rendimiento con un mínimo de material invertido, optimizando el uso del recurso

  • Baja huella de carbono:

    Tras revisar el ACV, considerando todas las materias primas, métodos de fabricación, características del material, usos, etc. Se puede concluir que el EPS es un material de baja huella de carbono.  

    En su fabricación se utilizan pocas materias primas y las emisiones de CO2 provenientes de este proceso son también bajas. Significando menos materias y energía primaria para su producción, generando en consecuencia, menos emisiones de CO2.

  • Ligeros:

    Ya que el 98% de la composición del EPS es aire, es un material sumamente ligero. Dicha propiedad lo hace fácilmente manejable en la obra. También facilita el transporte, permitiendo llevar grandes volúmenes sin necesidad de varios vehículos o viajes.

    Su ligereza optimiza el transporte y reduce el CO2 generado por este concepto. 

El EPS es un material sumamente beneficioso compatible con los modelos de construcción sostenibles. Su fabricación requiere un mínimo de materias primas, además las emisiones de gases de efecto invernadero de este proceso también son bajas.

Por último, una vez instalados es fácil notar que se trata de un material resistente que mejora la climatización y reduce el consumo eléctrico y no agrega peso adicional en la estructura del edificio.

En resumen, hay que considerar que las emisiones generadas de los procesos de su elaboración y transporte se compensan luego durante su vida útil. Como se mencionó, su utilización en las construcciones reduce el consumo eléctrico derivado de los sistemas de climatización.  

Por lo que al utilizar aislamiento térmico con placas de Poliestireno Expandido como nuestro sistema Aislaterm en la vivienda, se reduce el 75% en promedio de CO2 eq al año, es decir, una casa hecha con materiales tradicionales genera 923 kg CO2 en comparación a los 245 kg CO2 eq al año de la misma  vivienda pero aislada con EPS.

Todo esto lo hace uno de los mejores materiales que existen para la construcción sostenible, porque además de ser medioambientalmente benéfico, es sumamente rentable

Si te interesa utilizar este material para reducir tu huella de carbono, en FANOSA® tenemos a tu disposición los mejores materiales de EPS para la construcción. Con estos productos conseguirás aportar sostenibilidad a tus construcciones. 

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