Una empresa puede parecer que funciona de manera sistemática y ordenada, pero siempre existe la posibilidad de generar una mejora empresarial. Los líderes y directivos de un negocio deben de cuestionarse hoy más que nunca ¿Cómo lograrlo de forma adecuada?
El 2020 es un año decisivo para muchas empresas, por lo que centrarse en la eficiencia del negocio es fundamental. En este artículo encontrarás los principales puntos a considerar en este proceso de cambio, adaptación y mejora:
Los propietarios de empresas deben cambiar o mejorar algunas de sus prácticas, para centrarse más en las ganancias y así generar más ventas, al mismo tiempo que reducen los costos.
Para aumentar las ventas en momentos de dificultades económicas, se pueden ofrecer nuevos servicios, bienes que complementen las ofertas actuales e inclusive reformular la manera en que se entregan adaptándose así, a las nuevas necesidades y sobre todo las posibilidades del mercado tras la pandemia de COVID-19.
La gran mayoría de las empresas han sufrido un impacto negativo en sus finanzas, debido a la contingencia sanitaria, como efecto del distanciamiento social y los cierres de empresas para evitar contagios.
En los últimos meses, el ahorro ha registrado crecimientos importantes, de acuerdo con la Asociación de Bancos de México (ABM), el aumento del primer cuatrimestre del año llegó a una cifra histórica de 7 billones de pesos, mientras que BBVA menciona que el incremento real fue de 6.6% en marzo y 8.9% en abril.
Durante este año será circunstancial mantener la demanda de producto, por lo que es una tendencia marcada la flexibilidad de las empresas para reformular su modelo de negocio si es necesario, para así persistir durante la etapa de recuperación económica.
La forma puede cambiar dependiendo del sector económico, ya sea la Construcción, Agricultura, Maquilas, Minería etc. Lo que permanecerá es el buscar generar ahorros, hacer una correcta optimización de recursos y mejorar la forma en la que se seleccionan los proveedores.
Los ahorros no se tratan solo de crear un fondo para emergencias, también es necesario hacer una revisión exhaustiva de las operaciones y así detectar que las oportunidades de mejora que no solo traigan mayor eficiencia con una buena calidad de procesos, sino que además se puedan encontrar elementos y procesos que impliquen una bajada de costos con la optimización de recursos.
Por lo que se debe responder la pregunta ¿Que se puede reducir sin afectar la calidad de producto/servicio? De modo que sean más visibles las fugas o gastos innecesarios y tomar acción para mitigarlos a la brevedad posible.
Es muy común tener una base de empresas que proveen todo tipo de servicios, productos y materias primas. Sin embargo, siempre hay posibilidad de obtener una mejor relación de valor y precio.
Se debe de ser cuidadoso en estas decisiones, la relación de valor y precio se deriva en mucho más que solo buscar “lo más barato”. Consiste en elegir con base en la calidad, atención, servicio, tiempo de entrega, resistencia, durabilidad, practicidad, entre muchos otros factores.
Esto puede ser determinante con tu cliente final. Pongamos el siguiente ejemplo; Contamos con un proveedor que nos ofrece un producto de calidad semejante, pero sus tiempos de entrega no son precisos.
Aquí debemos considerar que esto puede retrasar nuestra línea de producción y que con ello nuestro cliente final tendrá una mala experiencia, tal vez sí un mejor precio, pero la espera y retrasos son como piezas de dominó que afectan a toda la cadena de suministros en cualquier industria.
No se debe dejar a un lado la posibilidad de generar ahorro a través de técnicas de negociación que favorezcan la estabilidad del negocio, la relación con proveedores y clientes. Si se desconoce, es fundamental leer más al respecto para traer mejores beneficios en cada contrato.
De acuerdo con las últimas proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se estima una contracción del 7.5% del PIB nacional para 2020, indicando que el 90% de los líderes financieros consideran la contención y el ahorro en costos como su principal acción financiera para afrontar el impacto del COVID-19 en su empresa.
El liderazgo en el mundo empresarial requiere habilidades personales para sacar lo mejor del negocio y su personal, sin olvidar los conocimientos técnicos. Dicho lo anterior, se debe contemplar un equilibrio entre el conocimiento del negocio y las habilidades de comunicación y correcta guía de un equipo de trabajo.
El liderazgo efectivo en los negocios incluye la capacidad de establecer objetivos que distingan a la empresa de la competencia en todas sus áreas, desde la venta hasta la satisfacción del cliente con el producto o servicio final. .
Un buen líder empresarial debe tener la capacidad de establecer una visión para su empresa, y diseñar el camino y lo necesario para llegar al objetivo.
En los objetivos debe de observarse a la empresa como un organismo compuesto por diferentes elementos. Una empresa que no se fija en el crecimiento de sus trabajadores puede generar un crecimiento exponencial sin sustento ante escenarios complicados como la pandemia COVID-19.
No se trata solo de idear, sino más bien de poseer un conjunto de actitudes y habilidades que puedan mostrar porqué es importante la visión del líder y como se visualiza todo el organigrama en crecimiento a su vez que se mejora la experiencia de los clientes.
Si el equipo de trabajo no efectúa las instrucciones de manera correcta, o se dejan de lado lineamientos propios de la empresa, es altamente probable que la forma de comunicar internamente no esté siendo la correcta.
Si los prospectos no comprenden la oferta de valor del producto o servicio, se tiene roces con proveedores, entonces nos enfrentamos al problema de una mala comunicación externa.
Parte del liderazgo es poder comunicar con efectividad. Se dice que la comunicación debe ser precisa, concisa y oportuna. Un buen líder debe tener la habilidad de escuchar lo que se requiere, pero además es necesario que comunique con efectividad su visión, tanto al interior, como al exterior de la empresa e incluso con la mejora del servicio al cliente.
La marca es absolutamente fundamental para una empresa debido al impacto general que tiene en las empresas. Sería un error de dirección pensar que la presentación de una empresa se relaciona estrictamente a la presencia de un logo en todos lados.
El empaque que contenga nuestros productos puede en ocasiones ser el factor más decisivo en su compra, ya que garantiza un correcto estado, traslado y cuidado hasta el momento de su uso.
Utilizar materiales de baja absorción, que preserven los productos, no los contaminen y sean resistentes como el Poliestireno expandido, son indispensables para resguardar la calidad final del producto, como en el caso de los alimentos, ya que de no contar con la temperatura correcta, empaque resistente, la cosecha podría perder su valor total.
En otras industrias como las maquilas o fábricas se pueden llegar a golpear y dañar electrodomésticos, herramientas o piezas indispensables para el funcionamiento de un aparato.
La marca puede cambiar la forma en la que los clientes perciben la empresa y puede impulsar oportunidades de negocios nuevas, así como el aumento de la presencia de mercado.
Un empresario puede hacer crecer su negocio encontrando formas de incrementar las ventas o buscando nuevos mercados. Para aumentar las ventas, es posible que se deban introducir nuevos productos o servicios, expandir el mercado, aumentar las actividades de marketing, cambiar las técnicas de venta o mejorar el servicio al cliente.
Muchos negocios no se celebran porque no se llega a un acuerdo final, sobre todo en lo que tiene que ver con las relaciones de una empresa con otra.
No solo el líder de la organización, sino los responsables de la adquisición de clientes deben tener la responsabilidad de hacer mejores negociaciones para cerrar la mayor cantidad de negocios posibles. Si es necesario, se debe dar una capacitación sobre técnicas de venta y de negociación
Los clientes forman uno de los pilares de la empresa y, sin embargo, tener un cliente no siempre representa ganancias netas para una compañía. Es necesario distinguir entre los buenos clientes (aquellos que representan más ganancias) de los malos clientes (aquellos que requieren de un mayor valor operativo y por lo mismo implican un menor nivel de margen).
Una empresa debe encontrar una necesidad, y a partir de ello, resolverla para hacerse un hueco en el mercado. La idea es crear una oferta que aporte tanto valor al cliente, que él mismo perciba que con ese producto o servicio se soluciona su problema o necesidad.
En FANOSA queremos que tu empresa mejore sus resultados, que destaque de su competencia con los mejores materiales a su disposición. Nuestra filosofía está centrada en el cliente y su satisfacción, por ello, juntos encontraremos la solución más adecuada para tu proyecto.